Esther y Nacho Manzano
Casa Marcial nos vio trastear en los fogones de nuestra madre, aquí aprendimos de nuestro padre el valor de la hospitalidad, del servicio y de la satisfacción de convertir a clientes en amigos. Nuestras abuelas nos legaron las recetas y el amor por la cocina y nuestros padres nos imprimieron el respeto por la naturaleza y por los productores locales.
Aquí jugamos y aquí seguimos jugando, creando y divirtiéndonos como el primer día, para que nuestros clientes y amigos disfruten y se sientan como en Casa.